LA MASONERÍA FRANCESA Y LA CUESTIÓN
ESCOLAR EN EL SIGLO XIX
La masonería francesa mostró siempre una especial sensibilidad por las
cuestiones educativas. En el Gran Oriente de
Francia, la logia Perfecta Armonía de Mulhouse, bajo la
dirección del industrial protestante Koechlin, abrió en 1818, una
escuela para hijos de obreros. En Marsella, se asociaron las logias de
la ciudad para fundar una casa para la instrucción de las jóvenes del
pueblo. En Lyon, los masones regentaron la Sociedad de Instrucción
Primaria del Ródano (1828) y el Patronato de niños pobres
(1840).
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Juan
Macé, iniciado en 1866 en la logia La Perfecta Armonía de Mulhouse
y fundador de la
Liga de la Enseñanza |
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Tras la caída de la
monarquía, la Francmasonería estuvo demasiado ocupada en proyectos de
reformas internas para poder abordar un proyecto educativo de
conjunto. Por otra parte, los republicanos se vieron apartados del
poder en diciembre de 1848. La derecha, para preservar a la juventud
de influencias revolucionarias, votó en marzo de 1850 la célebre ley Falloux que permitió el desarrollo de una enseñanza privada,
generalmente en manos de congregaciones religiosas, poniendo fin al
monopolio universitario y situando la escuela pública, desde la
primaria a la superior, bajo la servidumbre de notables y clérigos.
Ello provocó, en los ambientes republicanos el crecimiento de un
anticlericalismo visceral. El golpe de estado de 2 de diciembre de
1851 redujo al silencio a la opinión republicana, pero renació cuando
el Imperio se liberalizó en 1860. La Francmasonería se despertó con
nuevo ardor.
La cuestión escolar, junto a
la cuestión social apareció como el tema más frecuentemente abordado.
En esta corriente ideológica, un grupo de masones aglutinado en torno
a Massol, Brisson y Caubet, elaboró las bases de una «moral
independiente» de las religiones, que emanaba de la conciencia y del
libre examen. Fue la inspiradora de los redactores de las primeras
obras de moral laica. Las asociaciones para la promoción de la escuela
o la defensa del cuerpo de magisterio animadas por francmasones se
multiplicaron por doquier, y así surgieron la Sociedad para la
Instrucción Elemental, la Asociación de Miembros de la
Enseñanza o la Sociedad Cooperativa de Enseñanza Independiente.
Pero ninguna tuvo el éxito de la Liga de la Enseñanza, nacida
en 1864 en Bélgica con objeto de limitar la intervención del clero en
la escuela.
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Léon Michel Gambetta (1838- 882),
abogado y periodista iniciado en la masonería. Sus ideas republicanas
le llevaron a oponerse a Napoleón III. Elaboró un programa radical
basado en el sufragio universal, la supresión de los títulos
nobiliarios, la elección de los funcionarios, la supresión de los
ejércitos permanentes, la separación Iglesia-Estado, la abolición de
los monopolios, y numerosas reformas económicas y sociales. Fue
elegido diputado y dirigió a los republicanos radicales. Tuvo un papel
destacado en la proclamación la III República. Fue ministro de
Interior, de la Guerra, de Asuntos Exteriores, presidente de la
Asamblea Nacional francesa (1879-1881) y jefe de gobierno de noviembre
de 1881 a enero de 1882.
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Un profesor del Beblenheim,
Juan Macé, tras conocer la existencia de la Liga belga, lanzó una
llamada a fin de fundar una Liga similar en Francia. Desde su origen,
las actividades de la Liga estuvieron estrechamente ligadas a la
masonería.
Juan Macé fue iniciado en
junio de 1866 en la logia La Perfecta Armonía de Mulhouse. Esta
logia financiaba parcialmente entonces la Sociedad de Bibliotecas
Populares del Alto Rin, fundada por Macé, así como una sociedad de
instrucción popular. La Liga progresó de modo que en diciembre de 1867
contaba ya con 4.800 miembros y en febrero de 1870 agrupaba a 17.850
socios protectores.
Paralelamente a la iniciativa
de Macé, el Gran Oriente de Francia, pretendió crear su propia
sociedad para la instrucción primaria. La idea partió del hermano Battaille, un profesor del conservatorio de música y fue aprobada por
el Gran Maestre Mellinet. Sin embargo, el Gran Oriente teniendo en
cuenta que toda sociedad de este tipo era objeto de un estrecho
control por parte de la autoridad civil, preocupado por preservar su
relativa independencia, rehusó el proyecto. No obstante, las
iniciativas se multiplicaron. El hermano Brochier en Marsella creó y
dirigió un comité de escuelas masónicas; la logia La Perseverancia
de Saumur abrió igualmente una escuela para adultos, la de Saint Denis,
La Unión Filantrópica, asumió el riesgo de crear un
establecimiento de enseñanza. Se organizaron cursod en Epinal (logia
La Fraternidad Vosguiana), en Dijon (logia Solidaridad y
Progreso), en Colmar, etc.
La Francmasonería y la
Liga de la Enseñanza conjugaron de nuevo sus actividades en 1870.
Juan Macé presentó un proyecto de solicitud a favor de la enseñanza
obligatoria, para complementar el proyecto gubernamental de gratuidad
de la instrucción primaria.
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Jules Ferry
(1832-1893), político francés, abogado, periodista. Obtuvo
celebridad al oponerse abiertamente al Imperio Francés de Napoleón
III. Al hundirse el Imperio por su derrota en la Guerra
Franco-Prusiana (1870-71), Ferry siguió siendo diputado en la
Asamblea Nacional, contribuyendo a fundar la Tercera República
Francesa (1873). Como ministro de Instrucción Pública (1879-81 y
1882) y presidente del Consejo de Ministros (1880-81 y 1883-85)
venció la resistencia católica e instauró un sistema de enseñanza
pública laica, obligatoria y gratuita, y las libertades de
prensa, reunión y asociación. Fue iniciado en la logia "La
Clemente Amistad" en 1875 |
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Con la sucesión vertiginosa
de acontecimientos (la llegada de la República, la derrota militar
frente a Prusia, la victoria electoral de los monárquicos, el
aplastamiento de la Comuna y la caída de Thiers y su sustitución por
un gobierno monárquico), la Francmasonería se vio forzada a extremar
la prudencia. Los francmasones fueron acusados de incendiarios y
asesinos de rehenes y de ser cómplices de los miembros de la Comuna.
Una ola clerical y antimasónica inundó Francia desde 1873 a 1875.
El poder de la Iglesia era
aparentemente considerable: 35.000 sacerdotes seculares, 31.000
religiosos y 127.000 religiosas. La mitad de los niños eran educados
en establecimientos sostenidos por el clero, y la enseñanza de la
religión era obligatoria en el resto de las escuelas. Los maestros, en
zonas rurales, debían enseñar el catecismo y la historia sagrada,
conducir a los niños a los oficios religiosos, cantar en el coro y
abrir y cerrar las clases con una plegaria. La Francmasonería,
mostraba como el peor enemigo de la Iglesia, sólo agrupaba a unos
25.00 cotizantes.
El 5 de enero de 1874 fue
admitido en la logia Los Emulos de Hiram presidida por Massol,
Manuel Vauchez, el secretario general de la Liga. Y el 8 de julio de
1875, Julio Ferry, Emilio Littré y Honorato Chvée (un lingüista)
fueron iniciados en la logia La Clemente Amistad en presencia
de dirigentes políticos, republicanos y masones como León Gambetta y
Luis Blanc.
Julio Simón, Ministro de
Instrucción Pública en el gobierno de Thiers, presentó un proyecto de
ley para que se volvira a exigir la enseñanza obligatoria, pero
tropezó con la mayoría monárquica que dominaba la opinión
parlamentaria encargada de examinarlo. La Liga de la Enseñanza
relanzó una campaña popular de ayuda a favor de las escuelas laicas.
Impulsada por los hermanos J. Macé, M. Vauchez y C. Sauvestre, obtuvo
un éxito considerable: la Liga disponía de un total de 1.267.267
firmas.
La
primera asamblea general de la Liga tuvo lugar del 18 al 21 de abril
de 1881 en los locales del Gran Oriente de Francia. Por aquellas
fechas ya había cambiado su nombre original por el de Liga Francesa de la Enseñanza.
Los republicanos ganaron las
elecciones de 1877 y confirmaron su éxito en las de 1881. Julio Ferry,
Presidente de la Izquierda Republicana, ocupó la Cartera de
Instrucción Pública, y después asumió también la presidencia del
Consejo de Instrucción Pública. Bajo su impulso hizo votar las leyes
de gratuidad y de obligatoriedad escolar y de laicidad de la enseñanza
pública. La Francmasonería naturalmente fue acusada de haber inspirado
el conjunto de esta obra. En realidad, la Francmasonería aunque había
apoyado el programa del hermano J. Ferry, sin embargo, decidió
abstenerse de enviar una moción de apoyo al hermano Julio Ferry con el
fin de que no pudiese ser acusado de servir la causa de la Obediencia.
Extractado de: André
Combes (Director del Institut d´Estudes et de Recherchers Maçonniques,
París), "La Francmasonería francesa y la cuestión escolar: 1830-1880",
en Historia de la Educación. Revista interuniversitaria, nº 9,
1990, pp. 77-84.
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